*ALTERNATIVAS HACIA LA PAZ CON RECONCILIACIÓN: PROPUESTAS DESDE EL SISTEMA UNIVERSITARIO JESUITA*
Las universidades encomendadas a la Compañía de Jesús promovemos una cultura para la paz ante la crisis de violencia e inseguridad que ha aumentado desmedidamente en México. Después del asesinato en junio de 2022 de los jesuitas Javier Campos Morales, Joaquín César Mora Salazar y el guía Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, en Cerocahui, Chihuahua, en el Sistema Universitario Jesuita (SUJ) refrendamos nuestro compromiso por la construcción de una sociedad más justa y pacífica mediante una serie de acciones, entre las que se incluyen, la creación del Laboratorio para la Paz con Reconciliación, ReconciLAB y nuestra participación en el Diálogo Nacional por la Paz, impulsado por la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, el Episcopado Mexicano, y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Sociedades de Vida Apostólica de México. Ambos esfuerzos encaminados a trabajar de forma concreta en favor de la justicia y la paz.
Los índices de incidencia delictiva e inseguridad, que son visibles en niveles alarmantes desde hace 18 años, la corrupción y las violaciones a derechos humanos han dañado a cientos de miles de familias sin que se demuestre una verdadera capacidad del Estado por responder a las demandas ciudadanas de paz y seguridad. Es necesario desarrollar políticas que aborden los factores subyacentes de la violencia, promuevan la justicia, la verdad y fomenten la reconciliación. Creemos que para lograr la paz es fundamental respetar los derechos humanos, fortalecer las instituciones democráticas y promover el diálogo entre personas, instituciones, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.
Esto implica un esfuerzo común para restaurar las relaciones dañadas, reconstruir la confianza y trabajar hacia la coexistencia pacífica y la justicia social. La reconciliación no significa que se ignoren u olviden las injusticias del pasado, sino que implica construir un futuro más esperanzador a través de mecanismos como la justicia transicional, la reparación del daño a las víctimas y la promoción de una cultura de diálogo, inclusión y respeto.
Para aportar a las labores que resuelvan la crisis de violencia e inseguridad, en el Sistema Universitario Jesuita, a través del ReconciLAB, nos dimos a la tarea de construir una agenda para la paz con un enfoque académico y colectivo, el cual se presenta en este documento. Esta iniciativa no agota todas las problemáticas sociales que nos parece urgente atender, pero plantea propuestas desde una perspectiva de reconciliación, en donde las partes puedan sanar divisiones, resentimientos y dolores causados por el conflicto.
Conscientes del histórico proceso electoral que se vive en nuestro país, las universidades del SUJ hacemos un llamado a ejercer el voto libre, razonado y a conciencia, pues como ciudadanas y ciudadanos no podemos eludir lo que nos corresponde, las transformaciones que esperamos han de iniciar en la consciencia de cada persona, de cada familia y de las comunidades de las que formamos parte. Sin embargo, hacemos un especial llamado a las autoridades y a las personas que compiten por un puesto de elección popular, a sumar esfuerzos para construir entornos pacíficos y dignos para todas las personas, en condiciones de seguridad humana y social en democracia, por medio del diálogo y la escucha en espacios seguros y plurales.
Nuestra propuesta está enfocada a contribuir a que las acciones de justicia, verdad y reparación se den y se multipliquen, de modo que la construcción de sociedades más justas y pacíficas deje de ser una utopía para convertirse en una posibilidad palpable. Reconocemos que la paz no es simplemente ausencia de violencia, sino un proceso consciente, individual y colectivo, que se construye desde lo cotidiano. Por ello, buscamos generar conocimientos que permitan comprender y abordar las problemáticas sociales, la prevención de la violencia, el acceso a la justicia y el derecho a la verdad.
El diálogo racional es propio del talante universitario que renuncia a la estridencia, a los lugares comunes y a las fórmulas hechas, construyendo más bien desde la mesura y el respeto. Sólo desde una genuina empatía con las víctimas puede encontrarse la esperanza que buscamos. Esta empatía comienza con una disposición de escucha ante los relatos y la mirada de quienes sufren y han sufrido toda clase de abusos y atropellos. Porque de la frialdad ante la violencia y de la falta de empatía ante quienes viven en el lado menos favorecido de México, se nutre la continuidad de la crisis que vivimos. Nuestra aspiración como sociedad ha de ser la paz como fruto de una vida digna, sostenida por los pilares de la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.
Las universidades confiadas a la Compañía de Jesús refrendamos nuestro compromiso por impulsar procesos formativos, de generación y apropiación social del conocimiento, seguir haciendo de nuestros espacios lugares para el encuentro y el diálogo plural y acompañar fraternalmente a las víctimas, desde nuestra condición universitaria, para promover la reconciliación y así contribuir a la construcción de paz con justicia que todas y todos merecemos.
La construcción de paz con reconciliación que México necesita, requiere de un compromiso continuo y colectivo de todas las personas, donde la empatía y el diálogo sean herramientas fundamentales para sanar heridas, reconstruir la confianza y avanzar a formas de relacionarnos más justas y pacíficas. Sólo a través de la construcción conjunta, el respeto a los derechos humanos, el fortalecimiento de instituciones democráticas y la voluntad por resolver conflictos e injusticias del pasado, es que podremos transformar la realidad actual y construir una sociedad más equitativa y pacífica para todas las personas.